::::::: FRO BAR :::::::

CAPÍTULO I

Él tenía un extraño don, lo había sabido desde que tenía aproximádamente 8 años. La gente le preguntaba siempre por qué no daba la mano al saludar, que cómo podía ser tan "flaite". Qué iba a decir él, ¿la gente sería capaz de entender lo que le pasaba? Probablemente no.

Es que tenía tan mala suerte. Entre todas las personas que existen en el planeta, a él le tenía que pasar ésto. Cuántas mujeres se habían alejado de él, por ese motivo que ni si quiera era capaz de explicar: "Toño....¿me das la mano?"....
"eeeeeh......mejor que no ya"...
"pero Toño por qué, ¡qué te pasa! ¿no me quieres?"
"aaaaarj.....sí te quiero oh, pero no te puedo dar la mano, ¿qué te cuesta tanto entender?"
"no te quiero volver a ver"

Y así terminaban todas las relaciones de Toño. Y para qué decir en la iglesia cuando había que dar la paz:

"¿¿¿Y usted por qué no me da la mano jovencito???"
"ay señora, porque no no más"
"¡¡¡Satanáaaas, Belcebúuuu, Beliaaaaal....aquíiiii presente entre nosotroooos, mírenlo mírenlo, Señor protégenos!!!"

Y ahí tenía Toño que levantar sus nalgas del asiento y con la cabeza gacha, salir del templo con rumbo desconocido, mientras toda la gente lo escupía en su salida.

Qué ganas de poder darle la mano a la gente, pero la última vez que trató había sido igual de desastroza que la primera vez que lo hizo.

"Antonio, han sido muchos años los que llevas trabajando en esta empresa y creo que es hora de darte una importante bonificación. La verdad es que me quiero retirar y me gustaría dejarte a cargo de todo lo que es la cadena de McDonalds de EEUU"
Toño estaba en otro mundo, no podía creer lo que le estaba pasando. Tan feliz estaba que olvido todo y agitadamante le dio la mano a su jefe.....
(Fin del capítulo I)