
Definitivamente, el señor Le Petit Antonne, está de muy buen ánimo hoy. Se levantó temprano, con ganas de salir a trabajar para tener dinero y poder llevarle ricos alimentos a su familia, compuesta por su esposa, la señora Malelle Antonne y los 3 pequeños hijos, Piolin, Fouloex y Paulette. "Papi, ojalá no llegues cansado hoy, para que podamos jugar al salón de té". Le Petit los mira con mezcla de ternura y nostalgia, sabe que debe entregarles todo el cariño hoy, quizás mañana sea muy tarde.
Así que parte, picota al hombro, bolso de trabajo en la mano izquierda y lonchera con almuerzo en la derecha. Hoy será complicado, cuesta sacar fuerzas, hay mucho cansancio. Sin embargo, sabe que tiene que hacer lo mejor posible, su familia depende de eso.
Toma el metro, más rojo que nunca hoy y bastante expedito. Apenas sintió el llamado, no dudo en ir lo más rápido posible! Tenía que cumplir con su trabajo. Llegó al gran edificio. Le dijeron que la llamada era de la construcción justo al lado, un poco más pequeña (unos departamentos llamados TibiePeronew). Le Petit rápidamente se pone a trabajar, llama a sus compañeros para que lo ayuden. Comienza a colocar, ladrillo por ladrillo, lo que será la re-construcción de ese monumento. Cansado, termina su trabajo y lo mira orgulloso, por él y por lo que le contará a su familia. Fue agotador, pero el resultado, gratificante.
Yo adolorida, decido tras el pelotazo que me llega en la canilla en el entrenamiento de hoy, ponerme hielo. Agradable, la inflamación disminuye hasta casi desaparecer.....que sería del Señor Le Petit Antonne si supiera que todo su trabajo fue en vano....
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