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Así viví el terremoto.

Estábamos la Vicky, Hugh, Jose Macho, Jose Hembra, Richi y yo en el departamento de la primera nombrada, en Reñaca. Habíamos llegado más o menos a las 22:00 hrs. del día viernes 26 de febrero y me enojé mucho porque tuvimos que pasar primero a Villa Cachito (la casa de Jose Macho, en Concón) y el grupo La Noche abría el Festival de Viña, cosa que yo no sabía y me lo perdí (Villa Cachito no tiene tele, es parte de sus encantos). Mis amigos me dijeron que no me preocupara porque después del festival, lo iban a repetir. Llegamos entonces a Reñaca, cuarto piso de estos edificios clásicos del lugar, o sea, en un cerrito y escalonado y nos preparamos unas piscolas. Comentábamos lo entretenido que iba a estar el matrimonio que teníamos al día siguiente y que nos había llevado a la V región ese fin de semana. Nos dimos cuenta que el festival terminó muy temprano, más de lo normal, lo que encontramos extrañísimo porque siempre termina a la hora "de la callampa".

El Jose me avisa que están repitiendo La Noche en la tele, excelente. Cada uno estaba haciendo lo suyo, en algún minuto todos estábamos sacando fotos, o viendo en el computador las "parábolas" (David y Goliat específicamente) y reíamos con su "hay que ser tellible entrenao'". Vimos el video de Christian the Lion, buscamos la versión de Sube a Nacer Conmigo Hermano de Feliciano (Protagonistas de la Música). Yo creo que para las 3:30 am ya tenía 5 piscolas en el cuerpo y no daba más de la risa. Esto es lo que ahora llamo "los buenos tiempos" cuando me acuerdo.

De repente, 3:34 am, comienza a temblar, estábamos algunos sentados en los sillones, otros en el suelo, la cosa es que todos estábamos muy cerca de los ventanales, pero nadie atinaba a pararse, pensando que era un temblorcillo de aquellos clásicos de nuestro Chile. De repente, Jose Macho grita "aléjense de los ventanales, todos a la entrada!!!" y es ahí cuando se desata la catástrofe. El departamento se movía para todos lados. Yo quedé con el Richi en la entrada del departamento y veíamos como la noche se prendía y se apagaba, como todo hacía corto circuito y como las fuerzas de la tierra se expresaban con unas luces extrañísimas en el cielo. De pronto, oscuridad. Aún temblaba fuertísimo, no cabía duda de que era un terremoto. Se podían escuchar todo tipo de artículos quebrándose en todos los departamentos.

Cuando por fin terminó, luego de como 2 minutos, vimos el desastre del departamento. Estábamos aterrorizados, no sabíamos si ese había sido el terremoto principal o si había sido más fuerte en alguna otra parte de Chile, lo que al final, resultó ser así, con Maule y Biobío soportando un terremoto grado 8.8, tsunamis y la destrucción total.

Los celulares no funcionaron y se nos fueron las baterías tratando de llamar a nuestras familias. Encontramos una radio a pilas y nos pusimos a escuchar a las emisoras, las únicas que podían dar a conocer, por medio de los relatos de las personas que llamaban, lo que estaba ocurriendo en el país, el número de muertos subía por segundo.

Hoy sólo queda rezar porque Chile y su gente logre levantarse y ayudar en todo lo que sea posible, Vamos Chile que se puede. Con el dolor de ver a mi país destruído, me despido hasta una próxima entrada.