sábado, octubre 07, 2006

Estacionadas afuera de un edificio en Málaga, yacían tres hermosas mujeres. Venían apunadas
por la altura de donde estaban hace unos minutos y felices gracias a los brebajes ahí expuestos para su placer. Una mezcla de locura. Mucha risa. Mucha irreverencia, esperan.
Deberían estar en otro lugar...ese que hace años no visitan, pero que justo hoy, cuando esperan regresar con bombos y platillos, está rondado por rumores que
a ellas no les acomodaban. Llevar sus carruajes a un lugar en llamas, no era un panorama muy apetecible ni bien aceptado para mujeres como ellas, por lo que el cambio de rumbo se hizo inminente. Pasaje a una aventura que estarían dispuestas a tomar.
Siguen ahí esperando. Hombre borracho en la calle, pantalón negro, camisa blanca, calvo. Camina zigzagueante por la vereda hasta casi caer. Una de las mujeres lo observa con atención: "Este señor me parece familiar". Las otras 2 miran y sí, efectívamente. "Tuituiuuuuu", le silba elegante al hombre una de las muchachas, con el cual (ni que hubiera sido silbato de perro) aparecen otros, todos de la alta alcurnia farandulera de la comarca. Con la mirada perdida, caminan abrazados hacia el auto de las doncellas, golpéandolo en las ventanas con sonrisas de fiesta de antaño, invitándolas a compartir con ellos, su propia noche de jolgorio. Tímidas, no son capaces de aceptar. Hubiera sido una velada encantadora y para recordar, sin duda. Una de ellas sin embargo, mirando por la ventana a una estrella lejana, no deja de pensar: "elegí mal mi carrera, que ganas de ser paparazzi y tener una cámara aquí, esto se vendería muy bien".
Parten sin rumbo, con los pasajes antes comprados...en busca de nuevos momentos que harán que esa noche no temine en muchas horas más. Lo que encontrarán después, será más que sorpresivo.

1 comentario:

Chissock dijo...

Jejeje, buena crónica!! =)